Modos de mirar del testigo
Observar
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Notar
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Espiar
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Descubrir
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Ojear
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Revisar
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Advertir
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Acechar
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Vigilar
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Atender
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Divisar
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Curiosear
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Otear
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Avistar
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Contemplar
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Husmear
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Distinguir
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Cotillear
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Percibir
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Examinar
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Conclusión:
El narrador testigo puede ser un
confidente, un espía, un observador, un informador, un delator, un agente, un
camarógrafo, un curioso, un mirón, un espectador.
Plantearse:
Si elegimos cualquiera de los
narradores anteriores, ¿cómo lo caracterizamos? Como interesado, desinteresado,
perverso, crítico, miope, solemne, burlón, atrevido, etc. Entonces tendríamos:
un delator miope, un espía burlón, un agente atrevido, y todas las demás
combinaciones posibles..
En el segundo caso, el testigo habitual puede serlo desde
fuera o estar metido en la situación. En Caballeros de fortuna, de Luis Landero, no sólo
el narrador está allí, sino que forma parte de un grupo, “nosotros”, de
observadores como él:
“Desde que se recuerde, nunca ha faltado aquí un grupo de observadores
imparciales. En otros tiempos llegaron a ser más de treinta, pero ahora apenas
somos media docena, y aquí nos pasamos las jornadas, alineados en un banco
corrido de piedra y con los pies mecidos en el aire.
El forastero o el curioso no necesita observar si quiera las novedades
que se producen a su alrededor; con vigilar los pies es suficiente. Si se
mueven, es que algo está ocurriendo, y según el vaivén, así el tamaño del
suceso; si enseguida vuelven a pararse, es que ha sido una falsa alarma.
La historia de este pueblo, como la de tantos, la han ido escribiendo
las generaciones al ritmo de los pies. De tanto golpear, el banco tiene abajo
una franja erosionada y sucia, y allí a su modo está esculpida, como en un
bajorrelieve, la crónica ilegible y exacta de nuestro pasado cotidiano.”
Las dos opciones del narrador testigo
1. Testigo impersonal
(describe
lo que ve en un espacio determinado: el tren)
2. Testigo nosotros
(cuenta
desde una mirada que concentra todo un pueblo)
Las variantes
Son muchos y diferenciados los modos de ser testigo: se
puede observar con un mayor o menor grado de compromiso, con más detenimiento o
sin demasiado interés. Las diversas variantes que aquí presentamos nos aportan
tanto un modo de mirar como un modo de pensar la realidad.
Narrador
testigo presencial
Su visión es objetiva. Narra mientras focaliza la situación.
A menudo lo hace en tiempo presente.
1. Como a través de una
cámara fotográfica. Enumera lo que entra en el encuadre.
“La alcoba de los panaderos es de recia carpintería de saludable nogal
macizo, vigoroso y honesto como los amos. En la pared lucen en sus tres marcos
dorados iguales una reproducción en alpaca de la sagrada cena, una litografía
representando a una Purísima de Murillo, y un retrato de boda con la Paulina de velo blanco,
sonrisa y traje negro, y el señor Ramón de sombrero flexible, enhiesto mostacho
y leontina de oro.”
Camilo José Cela, La Colmena
2. Como a través de una
cámara cinematográfica.
- desde lejos
- desde cerca
- desde muy cerca
- enfocando un detalle
- abarcando un gran plano
Combinar más de una de las posibilidades anteriores es lo
que generalmente se hace en el género narrativo cuando se emplea este tipo de
narrador. La idea es acercar o alejar la cámara, de un modo imaginario, y así
captar la realidad y transformarla en el texto. Cuando se emplea esta técnica,
se producen relatos caracterizados por el movimiento.
Ejemplo:
“Tres niños caminan a lo largo de una playa. Avanzan, uno al lado del
otro, llevándose de la mano. Tienen sensiblemente la misma estatura, y sin duda
también la misma edad: una docena de años. El de en medio, sin embargo, es un
poco más pequeño que los otros dos.
Aparte de estos tres niños, toda la larga playa está desierta. Es una
banda de arena, bastante ancha, uniforme, desprovista de rocas aisladas como
agujeros en el agua, inclinada apenas entre el acantilado abrupto, que parece
sin salida, y el mar.
Ante ellos, una bandada de pájaros del mar zanquean en la orilla, justo
en el límite de las olas. Progresan paralelamente a la marcha de los niños, en
el mismo sentido que ellos, a un centenar de metros aproximadamente. Pero como
los pájaros van mucho menos rápido, los niños se aproximan a ellos.”
Alain Robbe-Grillet, La
Playa
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