Relacionar lo vivido con lo imaginado
Lo cuenta también a su manera Julio Torri, mostrándonos cómo
recurrir a lo conocido para imaginar lo desconocido:
“El
novelista, en mangas de camisa, metió en la máquina de escribir una hoja de
papel, la numeró, y se dispuso a relatar un abordaje de piratas. No conocía el
mar y sin embargo iba a pintar los mares del Sur, turbulentos y misteriosos; no
había tratado en su vida más que a empleados sin prestigio romántico y a
vecinos pacíficos y oscuros, pero tenía que decir ahora cómo son los piratas;
oía gorjear a los jilgueros de su mujer, y poblaba en esos instantes de
albatros y grandes aves marinas los cielos sombríos y empavorecedores.
La
lucha que sostenía con editores rapaces y con un público indiferente se le
antojó el abordaje; y la miseria que amenazaba su hogar, el mar bravío. Y al
describir las olas en que se mecían cadáveres y mástiles rotos, el mísero
escritor pensó en su vida sin triunfo, gobernada por fuerzas sordas y fatales,
y a pesar de todo fascinante, mágica, sobrenatural.”
La sugerencia:
Apelar
a nuestro mundo conocido –personas, sonidos, sentimientos, recuerdos- y
aprovechar lo vivido en él para construir así un mundo imaginario.
Modos de iniciar un texto narrativo
El
segundo punto de éste capítulo corresponde a los modos de iniciar un relato una
vez que ya estamos motivados para hacerlo.
El
primer lugar veamos diferentes tipos de inicios:
1 Inicio testimonial
Así
empieza La
aventura de la casa deshabitada de Conan Doyle:
“El
asesinato del ilustre míster Ronald Adair, ocurrido en circunstancias por demás
extraordinarias e inexplicables, traía en la primavera de 1894 despierto el
interés de todo Londres y sumido en el espanto al mundo aristocrático.”
2 Inicio epistolar
Así
empieza El
color púrpura de Alice Walker:
“Querido
Dios:
Tengo
catorce años. He sido siempre buena. Se me ocurre que, a lo mejor, podrías
hacerme una señal que me aclare lo que me está pasando.”
3 Inicio dialogado
Así
empieza Las
aventuras de Tom Sawyer de Mark Twain:
“-¡Tom!
No
hubo contestación.
-¡Tom!
Tampoco hubo contestación.
-Quisiera saber qué le ha pasado a ese
chico. ¡Oye Tom!”
4 Inicio descriptivo
Así
empieza El
corazón de las tinieblas de Joseph Conrad:
“El
Nellie, un bergantín de considerable tonelaje, se inclinó hacia el ancla sin
una sola vibración de las velas y permaneció inmóvil. El flujo de la marea
había terminado, casi no soplaba viento (…).”
5 Inicio informativo
Así
comienza Tomates
verdes fritos de Fannie Flagg:
“El
café Whistle Stop abrió la semana pasada, justo al lado de casa, junto a
correos, y los propietarios Idgie Threadgoode y Ruth Jamison dicen que les va
muy bien. Idgie dice que como la gente sabe que a ella no le importa
envenenarse, no cocina.”
6 Inicio autobiográfico
Así
comienza El
gran Gatsby de Scott Fitzgerald:
“En
mis primeros y más vulnerables años, mi padre me dio un consejo que no ha
cesado desde entonces de darme vueltas por la cabeza.”
7 Inicio histórico
Así
empieza La Cartuja
de Parma de Stendhal:
“El
15 de mayo de 1796, el general Bonaparte efectuó su entrada en Milán a la
cabeza de aquel joven ejército que acababa de pasar el puente de Lodi, y de
enterar al mundo de que después de tantos siglos, César y Alejandro tenían
sucesor.”
La sugerencia:
Comparar los párrafos iniciales de distintos cuentos y novelas.
Registrar el efecto que nos produce cada uno y analizar si nos conviene para
iniciar nuestro trexto.
Reflexionar antes de empezar
Son
muchas las cuestiones acerca de las cuales podemos reflexionar antes de
escribir el inicio de nuestra narración. Es lo que hizo Umberto Eco. Si bien ya
sabía cuál era su propósito preliminar, el desencadenante, se planteó la
resolución de una serie de aspectos técnicos antes de definir el comienzo de El nombre de la
rosa.
Lo
cuenta en las Apostillas. A partir de ese deseo desarrolló la idea según los
siguientes pasos:
1
Encontró
en un cuaderno una lista de monjes que vivían en un convento.
2 Investigó sobre venenos.
3 Investigó el Medioevo y
situó el convento en esa época.
4 Eligió como primer narrador
a un cronista de la época.
5 Se documentó e imaginó la
mayor cantidad de detalles posible para construir el mundo en el que transcurre
la historia.
Siempre conservó su problema inicial
¿quién es el asesino?- como motor de la novela.