Para la pregunta:
"¿qué es un poema?", las respuestas dependen del poema específico. En
cuanto a la generalidad, el poema es producto de un ámbito cerrado en el que
prevalecen las imágenes y no un argumento. Es un hecho de lenguaje. Si se varía
su organización verbal, el lenguaje, varía el poema. Pasa igual en un cuento o
en una novela, pero la poesía logra hacernos vislumbrar aquello que, si lo
dijera, el poema dejaría de serlo: un poema incita. Incita al lector e incita
al poeta que lo escribe con una carga singular que lo lleva a buscar el modo
más exacto de dar sentido. Es como una relación de ida y vuelta entre la
materia y el ser, el ser y la materia. ¿Pero qué aspecto prevalece para unos y
cual para otros?
Nociones
poéticas
Hay
una serie de condiciones que permiten que la poesía se deslinde de otras clases
de discursos. Estas condiciones no son absolutas ni exclusivas pero conviene
reflexionar mínimamente acerca de ellas para ampliar nuestras posibilidades de producir
poemas de una manera propia.
En
este sentido, dichas condiciones son:
·
Discurso
objetivo
·
Tensión
creativa
·
Dominio
del espacio
·
Trabajo
del lenguaje
·
La
palabra como tema
- La estructura rítmica
Veremos
someramente cada una de ellas como una primera aproximación a camposen los que,
de manera paulatina, iremos profundizando.
Discurso objetivo
La
poesía implica un discurso objetivo y, al mismo tiempo, la actitud más
subjetiva del autor. Corresponda o no a un instante sentimental -en cuanto a
sentimiento- de un hombre o una mujer determinados, es la expresión de la
subjetividad. Sin embargo, no es subjetivo lo expresado. En el poema no
encontramos un fragmento de la vida del poeta sino una realidad transfigurada.
Siempre
es un contenido ficticio el de la poesía. Podrá presentar la realidad histórica
de un ser humano o a ese ser humano viviendo un punto de tensión determinado
por circunstancias sociales o individuales, pero incluso así el poema como tal
es objetivo.
Tensión creativa
En
un poema se habla de tensión como concentración del sentimiento. Para el autor,
es el instante en el que se cruzan una serie de fuerzas internas que provocan
la escritura concentrada del poema. En el poema, es la concentración misma lo
que genera una cierta manera de tensión que el lector percibe. Precisamente, la
percepción de la tensión es un factor que nos permite disfrutar más de dicha
lectura.
Dominio del espacio
Los
materiales con los que trabajamos en un poema, es decir el lenguaje, las
palabras, los blancos entre palabra y palabra, entre verso y verso, entre
estrofa y estrofa, se cargan de sentido de acuerdo a cómo los distribuimos en
la página.
Este
aspecto se da, en realidad, en cualquier tipo de texto. Por ejemplo, en este
mismo texto explicativo, hemos distribuido en el espacio los términos hombre y
mujer tal como se puede observar en el apartado Discurso objetivo. Nuestro
proceso previo fue el siguiente:
1 Nos
planteamos escribir sólo "hombre" como abarcador de ambos géneros.
2 Después
pensamos en escribir hombre y mujer entre paréntesis, dando el segundo término
como sobreentendido: "hombre (o mujer)".
3 En
tercer lugar, escribir primero mujer y luego hombre: "mujer u
hombre". ero nos sonaba arrítmico.
4 Escribir
"hombre o mujer". Es lo que hicimos.
Cada
una de las posibilidades anteriores de distribuir las palabras en el papel
llega al lector de una manera distinta. Por eso dudábamos.
Al
mismo tiempo, hay otra cuestión que desarrollaremos en otro momento: depende de
quién sea el lector, así lo leerá.
De
todos modos, al escribir poesía no debemos pensar en el lector, sino ser lo más
auténticos posible con nosotros mismos y nuestro lector interno. En función de
ello se espacializa el poema y se consigue el sentido.
Trabajo del lenguaje
El
extremo opuesto a la inútil preocupación por el lector que podemos tener al
escribir poesía, es intentar la poesía pura.
Los
que lo intentaron reivindicaron a Góngora, entre otros, quien trató de suprimir
todo aquello que lo alejara de la pura estética. Redujo lo que pudiera parecer
argumental y jugó con el lenguaje hasta las últimas consecuencias.
Otros
intentos fueron la escritura automática y las palabras en libertad de los
dadaístas, de los surrealistas y las jitanjáforas.
La palabra como tema
Una
única palabra puede constituir el poema. No sólo cuenta por sí misma sino que
al mismo tiempo aumenta sus posibilidades de significación si la
contextualizamos como verso.
Por
ejemplo:
Nada
nada
nunca
no.
Al
mismo tiempo, una sola palabra puede contener en sí misma una actitud del
hablante. Así lo expresa Kayser:
"Una
exclamación en que se manifiesta dolor, júbilo, queja, representa, por
consiguiente, el fenómeno primitivo de lo lingüísticamente lírico: en la
interjección ¡ay! está, por decirlo así, la raíz de todo lo lírico. Del mismo
modo, en una exclamación instigadora puede verse la célula embrionaria de lo
dramático y en e gesto indicador del ¡he ahí!, la célula primaria de lo épico.
El discurso
poético desvela el contenido emocional de las palabras. En este punto es lo
opuesto al discurso científico.
El contenido
emocional se vincula con nuestros recursos más primitivos o los instintivos.
Pero (...), el lenguaje poético aprovecha la falta de firmeza de las palabras,
despierta perspectivas latentes y vivifica los contenidos emocionales que viven
en ellas. La lengua en sí misma está llena de poesía.
La
estructura rítmica
Sea
cual sea la estructura de un poema, la medimos con los ojos. La más fácil de
entender es la estructura externa. A veces son estrofas; otras se trata de una
disposición tipográfica singular; la estructura externa de un poema tiene
muchas variedades.
Podemos
separar la estructura externa de la interna que es la correspondiente al ritmo.
Seguir el ritmo de un poema es una actividad que se puede comparar con la de
alguien que escucha hablar en un idioma que no entiende pero que capta un
cierto ritmo.
Los recursos
del poeta
Mallermé
es un revolucionario en el campo de la escritura. No acepta la división de
los géneros. Postula la impersonalidad del autor y la supremacía de la
palabra. Con Mallarme el pienso, luego
existo de Descartes se convierto en escribo,
luego pienso en la pregunta ¿quién soy?
A
partir de los postulados de Mallarmé, en la segunda mitad del siglo XIX, se
encara de otro modo la literatura en general, no sólo la poesía. Según él,
cada texto es diferente, porque diferente es el aliento de cada individuo que
escribe
La ruptura de la lengua
Al
verso, Mallarmé lo llama línea perfecta:
"La forma llamada verso es
sencillamente por sí misma la literatura; verso hay tan pronto como se
acentúa la dicción y ritmo cuando se acentúa el estilo"
La
garantía de la técnica es para él la sintaxis. Vale tanto lo escrito como lo
blanco, el silencio. En El golpe de dados expresa la pura literatura. Evita
el relato. Es nadie -no hay referencia al hombre- en un mundo jugado a los
dados:
"Un golpe de dados no abolirá el
azar"
Juego,
azar, mundo y pensamiento explosionan en la frase, que no quiere ser la
expresión de alguien ni alguien expresándose a través de la frase. El
lenguaje está allí; el emisor y el receptor quedan fuera.
Obsesionado
por la destrucción verbal convierte la mayoría de sus obras en reflexiones
acerca del hecho poético mismo. A pesar de todo, o tal vez como otra
herramienta de investigación, Mallarmé suele utilizar la rima como elemento
rítmico. Para ejemplificarlo, veamos uno de sus poemas directamente en
francés, la lengua original, que no hemos querido traducir para respetar todo
llo expuesto más arriba:
Tout l'âme
résumée
Quand lente
nous l'expirons
Dans Plusieurs
ronds de fumée
Abolis en
autres ronds
Atteste quelque
cigare
Brûlant
savamment pour peu
Que la cendre se
sépare
De son clair
baiser de feu
Ainsi le choeur
des romances
À la lèvre
vole-t-il
Exclus-en si tu
commences
Le réel parce que
vil
Le sens trop
précis rature
Ta vague
littérature
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Ahora es vuestro turno, queridos míos... ¿Opiniones, reflexiones?