domingo, 5 de abril de 2015

Leer para escribir – Albert Camus – El teatro de la ficción



“Mentir no es sólo decir lo que no es. También y sobre todo significa decir más de lo que es, y, en lo que respecta al corazón humano, decir más de lo que se siente. Esto es algo que hacemos todos para simplificar la vida.”

                                                                                                          A. C.



El hombre rebelde, La peste y El extranjero son los mejores libros del francés Albert Camus, que vivió la cargada atmósfera entre las dos guerras mundiales. EL pesimismo que caracterizó ese momento histórico domina la obra de Camus, que escribió un ensayo sobre la “sensibilidad absurda”. Así denominó a la sinrazón reinante en el mundo y como una metáfora del tema fue considerada su novela El extranjero, cuyos procedimientos de escritura lo han convertido en un clásico y que aquí analizamos desde este punto de vista.


1  Una prosa sin ornamentos

La prosa de El extranjero es precisa, exacta y clara. Se ha dicho que más que escrita parece oída. Carece de elementos ornamentales; por ejemplo, casi no usa adjetivos, lo cual hace más creíble la historia de un personaje inverosímil y tan directo como la prosa. Ello se puede observar desde el párrafo inicial:
Hoy ha muerto mamá. O quizás ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo.
Y algo más adelante dice:
Cuando mamá estaba en casa, pasaba el tiempo en silencio, siguiéndome con la mirada. Durante los primeros días que estuvo en el asilo lloraba a menudo. Pero era por la fuerza de la costumbre. Al cabo de unos meses habría llorado si se la hubiera sacado del asilo. Siempre por la fuerza de la costumbre. Un poco por eso, en el último año casi no fui a verla ya. Y también porque me quitaba el domingo, sin contar el esfuerzo de ir hasta el autobús, tomar los billetes y hacer dos horas de camino.


2  El recurso de la contradicción

En El extranjero, Camus hace un uso magistral de este recurso en el personaje principal: bajo una apariencia de simpleza y falta de imaginación aparece una personalidad capaz de mostrar también todo lo contrario.
Al respecto, han opinado diversos escritores.
  1. Sartre dijo que a través del relato jadeante de Meursault se discernía una prosa poética más amplia que lo potenciaba.

  1. Nathalie Sarraute señaló: 
Ese Meursault que se muestra, en ciertos puntos, tan insensible, tan tosco, y como un poco atontado, revela por otra parte un refinamiento de gusto, una delicadeza exquisita. El estilo mismo en que se expresa hace de él, más que el émulo del héroe mugiente de Steinbeck, el heredero de la princesa de Clèves y Adolfo.

3  Un personaje inolvidable

El protagonista de El extranjero, Meursault, es uno de los personajes inolvidables de la literatura. Tampoco se olvidan fácilmente el árabe, el capellán de la prisión y el juez de instrucción, porque en El extranjero los personajes se dan a conocer unos a otros.

Veamos algunas de las características de Meursault:
1    Es condenado porque rechaza mentir, sin embargo, no es un rebelde.
2   Dice Camus:
      “Meursault, contrariamente a las apariencias, no quiere simplificar la vida. EL dice lo que es, rehúsa enmascarar sus sentimientos y al instante la sociedad se siente amenazada.
3   Es indiferente ante las situaciones que alteran a los demás, como la muerte de la madre, el sufrimiento ajeno, el amor, la religión, la libertad, y su indiferencia les provoca miedo, rechazo, y lo condenan.