La sección en general se llama "Técnicas y temas del oficio", y creo que el título es suficientemente explicativo. En primer lugar y durante las próximas publicaciones hablaremos de la figura y herramienta que, elegida y utilizada con acierto, puede hacer que un texto nuestro llegue hasta el alma de nuestros lectores: el narrador.
El Narrador (1 de 4)
Todos tenemos historias que contar. La manera de
hacerlo las hace más o menos interesantes. En el origen de toda narración
escrita hay un escritor de carne y hueso. Pero ese escritor no es el que habla
en el relato, en el cuento, en la novela. Tiene a su disposición varios
disfraces: son los distintos narradores que puede elegir a la hora de contar.
No es el autor, sino un narrador, quien cuenta la historia. En el territorio de
la ficción todo es posible. Admite nuestras ideas más extravagantes, los miedos,
los amores. Con las herramientas apropiadas se puede construir un mundo a la
medida de nuestro deseo. Conciso o extenso. Para conseguirlo, es fundamental
elegir el tipo de narrador que contará los hechos. El autor da la palabra al
narrador.
El escritor elige el narrador más conveniente
En nuestra mente habita una serie de apuntadores que nos
dictan las cosas. Esas vocecitas podrían corresponder a algunos de los
narradores a los que apelamos.
A la hora de escribir debemos preguntarnos
¿Quién llevará la voz cantante?
El escrito es uno, los narradores a los que el escritor
puede apelar son numerosos.
¿Quién dice esto?, se preguntan los lectores
frente a un relato. Cuanto más creíble les resulta la historia, más pronto
surge esa curiosidad. Los niños suelen preguntarle a la abuela cuentista:
“¿cómo lo sabes?, ¿ocurrió de verdad?”.
¿Quién dice esto, quién lo cuenta? Esta cuestión
atrae, hoy en día, tanto a los críticos y a los escritores como a los lectores.
¿Quién habla en un relato? Es el narrador quien
tiene la palabra en un relato. Sobre sus discurso se apoyan los monólogos y los
diálogos de los personajes.
Un autor, numerosos narradores
Pero ese apuntador interno que dice “yo” y se refiere a mí, no es
necesariamente el escritor. El “yo” del cuento puede adoptar las
características de personales muy diversos.
El “yo” del escritor no es el mismo “yo” del relato.
Un ejemplo. En Memorias de una vaca, de Bernardo Atxaga, leemos:
“Por lo visto tenía
que nacer, y acabé naciendo en un bosque del País Vasco a poco de terminar la
guerra de 1936.”
No es el escritor quien
cuenta su nacimiento, por supuesto. El narrador de la novela no es
Atxaga, sino un personaje inventado por él, en este caso una vaca. Los
narradores son agentes a través de los cuales se expresa el autor.
El narrador es quien enuncia y no coincide con el autor del
texto; si hay coincidencia se trata de una autobiografía y no de un relato
novelado. Un ejemplo claro es el emblemático comienzo de El Quijote:
“En un lugar de La Mancha de cuyo nombre no
quiero acordarme,”
“No quiero acordarme”:
lo dice el narrador ficticio y no Miguel de Cervantes, el autor. Gracias al
narrador, podemos contar algo transformándonos en quien queramos: cambiar de
sexo o de edad; de carácter o de clase social; de sentimientos o de época
vivida.
Recordar:
Autor y narrador son cosas distintas. Hay infinidad de
narradores entre los que escoger un tipo de voz narrativa. Cada uno aportará
unas características distintas al texto.
Por eso, según lo que
queremos contar, nos convendrá más utilizar uno u otro narrador
Como dice el refrán
popular: “Todo es según el color del cristal con que se mira”
LAS VOCES DE JULIO CORTÁZAR
Si observamos el párrafo inicial de algunos de los cuentos
de Cortázar, veremos que están enunciados por diferentes narradores, de acuerdo
a las necesidades de cada historia y a la información que se desea transmitir
al lector.
1 Nos
gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy que las casas
antiguas sucumben
a la más ventajosa liquidación de sus materiales), guardaba los
recuerdos de nuestros bisabuelos, el
abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia
(de Casa
Tomada)
¿Quiénes cuentan la historia?:
NOSOTROS corresponde a los hermanos, y el que
cuenta es uno de ellos
2 Diario
de Alina Reyes, 12 de enero
Anoche fue otra vez, yo tan cansada de pulseras y farándulas, de Pink
champagne y la cara de Renato Viñes,
oh esa cara de foca balbuceante, de retrato de Dorian Gray a lo último
(de Lejana)
ALINA REYES cuenta en primera persona en su
diario íntimo
3 Así
será algún día su estatua, piensa irónicamente el procónsul mientras alza el
brazo, lo fija en
el gesto del saludo, se deja petrificar por la ovación de un público
que dos horas de circo y de calor no ha fatigado.
(de Todos os
fuegos del fuego)
ALGUIEN cuenta lo que piensa el procónsul
3 - Me da
lo mismo que me escuches o que no – dijo Somoza -.
Es así, y me parece justo que lo sepas.
(de El ídolo
de las Cícladas)
Habla directamente SOMOZA
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