Volvemos a retomar la sección de Secretos y recursos de la
creatividad. Como habréis podido ver, las últimas entradas se han ido agrupando
en torno a los cuatro grandes bloques que forman el taller: ésta misma,
Secretos y recursos de la creatividad, Técnicas y temas del oficio, Leer para
escribir y Arte Poética. A continuación daré algunas pautas sobre cómo afrontar
el proceso creativo.
Claves del proceso creativo
Estamos de acuerdo en que a escribir se aprende
escribiendo. ¿Pero qué hay antes del texto? Hay un mundo interno, exclusivo de
cada individuo, conformado como consecuencia de su historia personal; y un
mundo externo que rodea al individuo.
El mundo interno y el mundo externo confluyen en el
texto. Sin embargo, no hay texto sin fluidez y sin flexibilidad. Los factores
que obstaculizan o facilitan la creatividad pasan por nuestro mundo interno. Se
trata de romper las resistencias y los miedos, y aprender a convertirlos en
material literario. Saber cómo escribimos es una etapa indispensable para
conocer las herramientas con las cuales podemos hacerlo.
Escribir es crear
Al escribir se pone en movimiento toda la experiencia
personal. Hay que conectar con uno mismo sin interferencias para que la mente
active la mano y la mano active el utensilio elegido conformando el texto.
Evidentemente, no nos referimos a una sucesión mecánica, sino a un acto
productivo.
Toda persona es
naturalmente imaginativa y potencialmente creativa. La diferencia entre los
que no se consideran creativos y los que lo son es que estos últimos son
capaces de expresar una respuesta nueva ante un problema o numerosas ideas en
un breve lapso.
La
sugerencia:
El ser
creativo encuentra soluciones novedosas, diferentes a las habituales. Hay que
saber movilizar los recursos en el momento justo.
Diferir los juicios críticos
Lo contrario a crear es bloquearse. Bloquearse es tanto no
poder crear como producir maquinalmente.
La censura es el peor
enemigo de la creatividad. Entonces, insistimos: de entrada, escribir sin
corregir; corregir más tarde. Hay un tiempo para cada cosa, no superponerlos.
Si apelamos a la crítica negativa, seguro que nos bloqueamos. Comenzar a
escribir con espíritu positivo. Es aquella idea de: ante la botella por la
mitad, ver la botella medio llena y no medio vacía.
Algunas expresiones que frenan el proceso creativo:
No es prudente
Otros lo harían mejor
No vale nada. Resultará aburrido
Es absurdo
Es peor que lo de los demás
No sirve
No tengo nada que decir
No podré
A quien le puede interesar
La
sugerencia:
Atacar con
rebeldía a esa vocecita interior que quiere imponer su visión negativa.
Nota personal:
desde mi punto de vista, es vital lo que se comenta más arriba, en cuanto a que
hay un momento para cada cosa y que no hay que empezar a escribir corrigiendo.
Si se me permite un símil pictórico – ya que a mi me gusta pintar – os diré
que, alguna vez, he empezado a pintar un cuadro, la idea me gustaba, me
apasionaba, pero cometía el error de comenzar, por ejemplo, a mezclar azules y
amarillos para intentar conseguir justo el verde que había visto en mi mente,
hasta tal punto que la idea se “enfrió” y abandoné el cuadro. Estoy seguro que
si hubiese compuesto el cuadro con los colores base que vi en mi mente y que
tanto me hicieron vibrar, aquí amarillo, allí magenta, abajo rojo, al otro lado
verde, etcétera, el ver el lienzo lleno de pintura, sin “blancos” me habría
animado a seguir adelante sin duda, hasta conseguir aquellos verdes que me
obsesionaron con mucho menos esfuerzo y sin abandonar la obra.
Ante las duras críticas que vosotros mismos podéis verter sobre vuestra propia
obra – estad seguros que vosotros mismos podéis ser sin duda vuestros peores y
más crueles críticos -, decía: si esa obra es auténtica, si es vuestra alma la
que habéis vertido sobre el papel, quizás os ayude recordar una escena de la
genial película Full Monty, en la que el actor, entrado en carnes, le dice a su mujer que quién va a
querer ver bailar a esto (refiriéndose a sí mismo), a lo que su mujer muy
seria, incluso enfadada con él, le dice “!Pues yo! ¡Yo quiero verte bailar!”…,
pues bien, lo que trato de decir es que os sorprendería la cantidad de gente a
la que le gustaría veros bailar desnudos
Cambiar la partitura de los rituales
En la vida cotidiana nos manejamos con múltiples clisés. La
lectura de los hechos de cada día se hace desde las ideas previas que hemos ido
incorporando y que de tanto repetirlas ya no las cuestionamos. Es más, ni
reparamos en su formulación. Los
estereotipos nos maniatan ojos y oídos. No aferramos a la partitura
conocida, lo cual nos da seguridad. Sin embargo,, aunque sospechemos que
desechar la partitura es más arriesgado, vale la pena intentarlo. Especialmente
a la hora de escribir. Armas efectivas para romper el estereotipo son el humor
o el juego; con ellas podremos responder con la sorpresa, con lo inesperado y
sorprendernos nosotros mismos con nuestras reacciones. Alguien dijo “Lo terrible es dejar de sorprenderse, ahí,
en ese punto trágico, mueren tanto el amor como la creación”.
La
sugerencia:
Se aprende
durante el acto de hacer esto o no hacer lo otro. No estar pendiente del
resultado, vivenciar el proceso.
Nota personal:
los estereotipos nos maniatan, es muy cierto. Se trata de una especie de
“maduración” que, como adultos, nos ayuda a dedicar nuestra atención a cosas
que, como adulto, son importantes, sin tener que hacer el gran esfuerzo que por
ejemplo hace un niño para interpretar y entender el entorno, pero que, como
escritores, nos pone un velo delante de los ojos que no nos permite apreciar
detalles e interpretar hechos sin prejuicios, de manera creativa… el esfuerzo y
ejercicio que deberemos hacer como escritores es ese ¡quitarnos el velo!
Ideas sencillas que esconden grandes consejos!
ResponderEliminarGracias Alfonso, muy amable, me alegra que te haya gustado
EliminarFernando, si hubiera tenido alguna duda en si animarme o no a escribir, tu Nota personal me la hubiera aclarado. Es acertadísima la forma en que has recomendado esta práctica. Si alguien esta todavía indeciso, debe leer tu Nota personal, seguro que pierden el miedo y se animan a escribir algun relato.
ResponderEliminarGracias Pilar, me alegra que te haya gustado y me anima mucho a seguir adelante con el proyecto ¡Muchas gracias!
EliminarSéh, a mi también me pasaba eso de querer poner las palabras exactas y corregir sobre la marcha y eso me hacía sentirme mal y terminaba abandonando.
ResponderEliminarCreo que escribiré laismos y leísmos a desdén sin hacer aJcos a nada. Luego si hay que corregir... Pero lo importante, como bien dices, es no dejar espacios en blanco.
Esa es la actitud Kini, ¡adelante!
EliminarMe ha gustado Fernando, siempre somos los peores críticos con nuestro trabajo, quedo a la espera de las siguientes entregas.
ResponderEliminarGracias Miguel, es cierto que podemos ser nuestros peores críticos.
EliminarYa están publicados las tres siguientes entregas correspondientes a este tema. Si tienes dificultades para acceder a ellos, dímelo y te paso los enlaces directos... ¡un saludo!