El
Narrador (4 de 4)
Ser el centro de las historias que
nunca podríamos vivir es lo que nos permite ser narrador protagonista. Es el
que habla de sí mismo como eje de la narración. O sea: el enunciador es un
personaje de la historia narrada. Explicada desde el punto de vista de este
personaje. “Hay un señor que cuenta y dice yo”, escribió Proust al respecto.
Usa preferentemente la primera persona –Yo-, más subjetiva que la tercera.
Es una voz específica y “directa” en
lugar de alguien anónimo que nos dice lo que hay que saber, de ahí que resulte
más creíble para el lector.
Modalidades del
narrador testigo
Si bien todas las
narraciones en primera persona el lector siente que frente a él hay un ser
similar a él mismo que le cuenta algo, no todos los narradores testigos cuentan
de la misma manera. En este juego caben las siguientes modalidades:
1 El narrador refiere desde su presente una historia
pasada. En este caso exhibe cierta omnisciencia, es decir, juzga hechos y
comportamientos. Así lo vemos en Nada de Carmen Laforet:
1 (…) llegué
a Barcelona a medianoche, en un tren distinto del que había anunciado, y no me
esperaba nadie.
2 Era la
primera noche que viajaba sola, pero no estaba asustada; por el contrario, me
parecía una aventura agradable y excitante aquella profunda libertad en la
noche (…).
Primer párrafo: Nos
informa acerca de un recuerdo.
Segundo párrafo: Detalla
en recuerdo.
Plantearse
Poder crear un personaje
suficientemente verosímil como para que el lector se identifique con él o lo
rechace.
2 El narrador es un personaje secundario que cuenta
la historia del protagonista en El Gran Gatsby de F.S. Fitzgerald, cuyo capítulo
tercero comienza así:
“En las noches de verano se oía
música en la casa de mi vecino. En sus azules jardines, hombres y mujeres iban
y venían, semejantes a polillas (…).
En los fines de semana, se Rolls
Royce se convirtió en (…)”
Es decir, el que mueve la
historia es un héroe secreto, un protagonista secundario que vive pendiente de
su vecino, que es el millonario Gatsby.
Plantearse
Quién es el héroe secreto
de nuestra historia, el que pone en marcha la narración.
3 El narrador en primera persona enumera la
información a medida que ocurren los hechos, como en Beltenebros de Antonio Muñoz
Molina:
“Vine a Madrid para matar a un hombre
al que no había visto nunca. Me dijeron su nombre, el auténtico, y también
algunos de sus nombres falsos (…)”
El narrador sabe qué pasó
después que llegó a Madrid, pero intenta seguir los pasos para que el lector
los descubra con él, al revés del omnisciente.
Plantearse
Si de acuerdo a lo que
queremos contar, y si elegimos la primera persona, será más efectivo meterse en
la cabeza del narrador o ser un mero observador. En cualquiera de los casos
citados tanto al narrar como al leer desde el yo se produce una experiencia de
comunicación directa entre narrador y lector a menudo fascinante por ser, a su
manera, una confesión.
Ventajas y peligros del narrador testigo
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Ventajas
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Peligros
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Al emplear
la primera persona, experimentamos ser verdaderos creadores, creamos los
bancos de nuestra cafetería, mi tío ya muerto, los turistas reinventados por
mí, etcétera
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La narración
en primera persona no debe constituirse como desahogo del autor. Debemos
justificar su elección dentro del cuento o la novela.
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La primera
persona es técnicamente sencilla, pues se escribe como se habla.
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Ha que
adecuar el estilo al vehículo elegido, ya se trate de una carta, un informe,
un testamento, un diario, una crónica o una narración directa
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Resulta más
creíble para el lector
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