martes, 5 de junio de 2012

Técnicas y temas del oficio – El narrador (4 de 4) – Parte 1


El Narrador (4 de 4)

Ser el centro de las historias que nunca podríamos vivir es lo que nos permite ser narrador protagonista. Es el que habla de sí mismo como eje de la narración. O sea: el enunciador es un personaje de la historia narrada. Explicada desde el punto de vista de este personaje. “Hay un señor que cuenta y dice yo”, escribió Proust al respecto. Usa preferentemente la primera persona –Yo-, más subjetiva que la tercera.
Es una voz específica y “directa” en lugar de alguien anónimo que nos dice lo que hay que saber, de ahí que resulte más creíble para el lector.


Modalidades del narrador testigo

Si bien todas las narraciones en primera persona el lector siente que frente a él hay un ser similar a él mismo que le cuenta algo, no todos los narradores testigos cuentan de la misma manera. En este juego caben las siguientes modalidades:


1 El narrador refiere desde su presente una historia pasada. En este caso exhibe cierta omnisciencia, es decir, juzga hechos y comportamientos. Así lo vemos en Nada de Carmen Laforet:

1 (…) llegué a Barcelona a medianoche, en un tren distinto del que había anunciado, y no me esperaba nadie.

2 Era la primera noche que viajaba sola, pero no estaba asustada; por el contrario, me parecía una aventura agradable y excitante aquella profunda libertad en la noche (…).



Primer párrafo: Nos informa acerca de un recuerdo.
Segundo párrafo: Detalla en recuerdo.



Plantearse
Poder crear un personaje suficientemente verosímil como para que el lector se identifique con él o lo rechace.


2 El narrador es un personaje secundario que cuenta la historia del protagonista en El Gran Gatsby de F.S. Fitzgerald, cuyo capítulo tercero comienza así:

“En las noches de verano se oía música en la casa de mi vecino. En sus azules jardines, hombres y mujeres iban y venían, semejantes a polillas (…).
En los fines de semana, se Rolls Royce se convirtió en (…)”

Es decir, el que mueve la historia es un héroe secreto, un protagonista secundario que vive pendiente de su vecino, que es el millonario Gatsby.


Plantearse
Quién es el héroe secreto de nuestra historia, el que pone en marcha la narración.


3 El narrador en primera persona enumera la información a medida que ocurren los hechos, como en Beltenebros de Antonio Muñoz Molina:

“Vine a Madrid para matar a un hombre al que no había visto nunca. Me dijeron su nombre, el auténtico, y también algunos de sus nombres falsos (…)”


El narrador sabe qué pasó después que llegó a Madrid, pero intenta seguir los pasos para que el lector los descubra con él, al revés del omnisciente.


Plantearse
Si de acuerdo a lo que queremos contar, y si elegimos la primera persona, será más efectivo meterse en la cabeza del narrador o ser un mero observador. En cualquiera de los casos citados tanto al narrar como al leer desde el yo se produce una experiencia de comunicación directa entre narrador y lector a menudo fascinante por ser, a su manera, una confesión.

  

Ventajas y peligros del narrador testigo
Ventajas
Peligros
·        Al emplear la primera persona, experimentamos ser verdaderos creadores, creamos los bancos de nuestra cafetería, mi tío ya muerto, los turistas reinventados por mí, etcétera
·        La narración en primera persona no debe constituirse como desahogo del autor. Debemos justificar su elección dentro del cuento o la novela.
·        La primera persona es técnicamente sencilla, pues se escribe como se habla.
·        Ha que adecuar el estilo al vehículo elegido, ya se trate de una carta, un informe, un testamento, un diario, una crónica o una narración directa
·        Resulta más creíble para el lector


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