miércoles, 20 de junio de 2012

Leer para escribir – John Berger - La imagen transparente

John Berger en Estrasburgo, 2009
Fuente: Wikipedia



“A veces, a fin de rebatir una sola frase es necesario contar toda una vida.
Si se pudiera dar nombre a todo lo que sucede, sobrarían las historias.”

                                                           J.B.



La exactitud de la expresión. La pureza de la narración, caracterizan los cuentos y las novelas de John Berger, que no prescinde de personajes ni siquiera en los nombres de ámbitos que destaca y revaloriza como los rurales, y que busca formas trascendentes de hacerlo.


1  Los personajes significativos

Construye personajes muy definidos, pero caracterizados poéticamente, como los de la novela Lila y Flug o los protagonistas de los cuentos, seres complejos e inocentes, por ejemplo:

“Todos los días, antes de venir a Oxford Circus, prepara el biberón para la paloma pelada y todos los días, después de alimentar al resto de la bandada, le da la leche a la paloma pelada.
Del tropel de transeúntes de Oxford Street, muchos se detienen a observar a la mujer del chapka.
- No pueden ver a través de las paredes, ¿no? – dialoga la mujer sin techo con el pájaro -. ¡Si quieren mirar al jardín, que miren!”

Una mujer sin casa


Nota personal: el título “Una mujer sin casa” y lo que se explica a lo largo de este texto, denota para mí una gran sensibilidad y un gran cuidado de Berger hacia la exactitud de sus expresiones. Desde luego no es lo mismo no tener casa que no tener hogar…

2  El juego espacial

Trabaja el espacio como indicador de las voces. En algunos de sus relatos, el diálogo se distingue por la estructura formal. Por ejemplo:

 “La pareja encontró una casa. Y un martes por la mañana, justo antes de Pascua, Boris subió hasta allí en el Land Rover y llamó a la puerta. Abrió la rubia, que todavía estaba en bata.
- Tengo un regalo para ustedes.
- Cuanto lo siento, pero mi marido acaba de irse a trabajar.
- Ya lo sé. Lo he visto marchar. ¡Espere!
Abrió la puerta trasera del Land Rover y volvió con un cordero en las manos.
- Este es el regalo.
- ¿Está dormido?
-No. Está muerto.
La rubia echó la cabeza hacia atrás y se rió
- Pero, ¿qué vamos a hacer con un cordero muerto? –musitó, pasándose la manga por la boca.
- ¡Pues asarlo!
- Todavía tiene la lana. No sabemos cómo se hacen estas cosas, y Gérard no soporta ver sangre.
- Yo lo prepararé
- Fue usted quien nos pagó el café, ¿no?”

Una vez en Europa

3  La expresión exacta

Con frases escuetas, Berger pinta situaciones complejas. Por ejemplo:

“La casa de la madre de Zsuzsa en el Cerro de las Ratas era de color azul. Tío Dima, que a veces trabajaba en el puerto, la había pintado con una pintura robada que era especial para piscinas. Un intenso color turquesa.
-¡Ahora sólo nos falta el trampolín! –dijo Zsuzsa cuando él acabó de pintar. (…)
Dos años después de que el padre de Zsuzsa desapareciera sin dejar rastro, su madre volvió a casa un domingo por la mañana con tío Dima.
-Os presento a mi nueva media naranja –anunció a su hijo, Naisi, y a sus dos hijas.”

Lila y Flag








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