Combinar lo real y
lo ficticio
“Quería
tan sólo intentar vivir aquello
que
tendía a brotar espontáneamente de
mí. ¿Por
qué habría de serme tan difícil?”
Estas palabras, escritas
como epígrafe de Demian, de Hermann Hesse, indican que lo que se va a contar es
la historia de una vida: ¿la vida de quién? ¿del personaje real, Hesse?, ¿o del
personaje imaginario, Demian? La respuesta podría ser: es la autobiografía de
Demian-Hesse. Y comienza diciendo en el prólogo:
“Para
contar mi historia he de empezar muy atrás. Si me fuera posible, debería
retroceder aun mucho más, hasta los primeros años de mi infancia, e incluso más
allá, en la lejanía de mi ascendencia.
Los
poetas, cuando escriben novelas, suelen hacer como si fuesen Dios mismo y
pudieran abarcar con su mirada toda la historia humana, comprenderla y
exponerla como si Dios mismo la relatase, sin velo ninguno, revelando en todo
momento su más íntima esencia. Yo no puedo hacerlo así, como tampoco los
poetas.”
Este pasaje nos sugiere
varias ideas:
Primer párrafo:
En lugar de iniciar el
texto de la manera tradicional: “Nací…”, lo hace expresando lo que debería
hacer y no hace.
Segundo párrafo:
Emplea una reflexión
general para referirse a su vida personal. O sea, el juego entre lo singular y
lo universal es un dispositivo productivo en su caso.
Luego, el primer capítulo
comienza cuando tenía diez años en su casa paterna.
Por lo tanto (y si bien de
hecho se o hace inconscientemente), a la hora de escribir, un método válido
puede ser incorporar a la vida del personaje inventado aspectos de nuestra
propia vida y darle forma de autobiografía.
Los matices
Con el esquema de la
autobiografía se pueden conseguir diferentes tipos de textos. De acuerdo a cómo
se rellene el esquema, tendremos cuentos de tipo policial, fantástico, erótico,
humorístico, etcétera.
Para comprobarlo, podremos
partir del siguiente esquema:
·
Nací…………
·
En la escuela…………
·
Protagonicé…………
·
A los veinte años…………
·
Fue cuando conocí a…………
La lista podría continuar
de acuerdo a las necesidades del relato.
Los textos resultantes
podrían ser los siguientes. Constituyen la base para un futuro relato, por lo
tanto se tienen que ampliar con nuevos datos entre cada uno de los ya
establecidos.
Texto A (tendencia fantástica)
· Nací con la cara completamente gris.
· En la escuela me deslumbraron las matemáticas:
resolvía las ecuaciones sin mirarlas.
· Protagonicé tiempo después una epidemia de
bostezos.
· A los veinte años me convertí en jefe de los
suspiros.
· Fue cuando conocí a una mujer con la que
suspirábamos a dúo y nos mirábamos como en un espejo, pues su cara era del
mismo color gris que la mía.
Texto B (tendencia erótica)
· Nací de una madre adúltera.
· En la escuela seducía a los chicos de cursos
superiores.
· Protagonicé un concurso de labios carnosos y lo
gané.
· A los veinte años no podía vivir sin un hombre.
· Fue cuando conocí a Madame Coquet.
Recordar
La estructura de la autobiografía se
caracteriza porque los datos que la componen están en orden cronológico.
·
Núcleo
central:
Lo más importante en la
vida del personaje.
·
Autobiografía
real:
Es más limitada. Obliga
al autor a ceñirse a lo ocurrido.
·
Autobiografía
ficticia:
No impone limitaciones.
El autor inventa el guión de una vida.
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