Recomendaciones para
iniciarse en la escritura
El deseo ineludible de escribir es el mejor pasaporte
hacia el territorio de la escritura. En la práctica, es el único requisito
indispensable.
¿Escribir en
soledad o en medio de una multitud? ¿De pie o tumbado? ¿No pensar lo que se
dice o no decir sin antes pensarlo? ¿Recurrir a la metáfora o rechazarla?
¿Hacer hablar al personaje o acallarlo? La lista de ejemplos es inagotable. Sin
duda, tanto una fórmula como la contraria son válidas. La respuesta depende de
cada caso. De cómo se escribe depende qué se escribe. Por lo tanto, conocer los
secretos, las técnicas y los trucos del oficio nos aporta mayores posibilidades
de encontrar nuevas vías y alimentar el proceso. He aquí unas cuantas
recomendaciones para ponerlo en marcha.
Lanzarse
Escribir es fundamentalmente una práctica. Encararla
significa dejarnos llevar por nuestros pensamientos, tanto los más ridículos
como los más triviales: nada es ridículo
ni trivial a la hora de escribir. Lo importante es que también lo que
censuramos se convierta en parte de un texto. La técnica nos aportará elementos
para saber cómo lograrlo de la mejor manera posible.
Al principio, solemos paralizarnos, pues funciona la
autocrítica negativa: “¿Podré hacerlo?, seguro que no”.
Sin embargo, debemos convencernos de que atreverse a
escribir es no detenerse. Hacerlo durante un tiempo preestablecido sin levantar
la pluma del papel. Llenar folios sin interrupción. Dejarse llevar sin
controlar los resultados. Disfrutar:
A escribir se aprende escribiendo
Escribir lo que pasa por la mente, llevarlo en el acto a la
página o a la pantalla del ordenador. Para empezar, todo vale. Y puede ser
convertido en palabras. De palabras están hechos los cuentos, las novelas, las
noticias periodísticas. Lo que leemos: puras palabras. No palabras puras, pues
en el texto tienen cabida tanto las ambiguas como las malditas, las románticas,
las atrevidas, las disfrazadas, las directas, las seductoras y, por supuesto,
las impuras. Dejarse llevar por ellas, ir de palabra en palabra y tejer una red
sin limitaciones de ningún tipo nos brinda estimulantes resultados.
La
sugerencia:
Emborronar
folios durante diez minutos exactos cada día. Hacerlo durante un mes. Al cabo
de cada mes (y por ninguna razón antes) leer lo apuntado. Dicha lectura
constituirá una grata sorpresa para su autor. Dado que escribió asociando
libremente, el material acopiado será heterogéneo y muy aprovechable para ser
transformado en texto literario.
Elegir los utensilios
Los utensilios para “manipular” el lenguaje forman parte del
goce: lápiz, pluma, máquina de escribir u ordenador. Si nos agrada nuestra
caligrafía, hagámoslo primero a mano, será un acto sensual; de lo contrario,
las máquinas convierten nuestras ideas en parejos caracteres de libros. Por
último, hablar escribiendo; es decir, echar mano de una grabadora es fructífero
para algunos.
En cualquier caso, los instrumentos nos predisponen a
expresarnos. A veces, lo ideal es sentirlos como una prolongación de nuestro
cuerpo. Para ello, no sólo probar bolígrafos y plumas, sino tipos de hojas,
pues también el papel motiva: la libreta grande o pequeña, rayada o
cuadriculada, el folio reciclado, de colores, o el blanco vacío en el que
zambullirnos desconociendo el fondo, pero convencidos de que el viaje es lo que
vale.
La
sugerencia:
Comparar
hasta conseguir un vínculo voluptuoso con el utensilio elegido.
Crearse un espacio
Hay quienes prefieren una habitación permanente para
escribir. Más grande o más pequeña, contiene: escritorio, silla anatómica,
ordenador, equipo de música, muros tapizados de libros como buena solución para
aislarse de los ruidos.
En otros casos, un rincón basta para manifestar el escritor
que llevamos dentro. Si se escribe por la noche, situar la luz al lado
contrario de la mano que manejamos para escribir (p.e. al lado izquierdo si
somos diestros), pero evitar instalar el rincón en el dormitorio.
La mesa de la cocina o el baño son sitios motivadores a
veces, aunque allí no se puede dejar el trabajo a medias para retomarlo más
tarde con facilidad, aunque nada es imposible.
Aunque también, el especio puede ser itinerante. La
escritura no está reñida con el deambular. De hecho, existen escritores que
crean en los bares, al aire libre, o en la carretera.
La sugerencia:
En
cualquiera de los casos, reservarse una pared para la estantería de libros
específicos. Ostentará el cartel: “reservado, escritor” y allí habrá
documentación para el trabajo del mes y de la semana; diccionarios; manuales de
gramática y conjugaciones verbales; los libros preferidos, los de ideas y los
clásicos.
Curioseamos en la
habitación de E.M. Foster
Es una habitación espaciosa y de techo alto, amueblada al
gusto eduardiano. Atrae nuestra atención una sólida repisa de madera labrada
que guarda una vajilla de porcelana azul en sus nichos. De las paredes cuelgan
grandes retratos a tinta, con marcos dorados (sus antepasados, Thornton y
otros), un Turner pintado por su tío abuelo y algunos cuadros modernos.
Libros de todas clases, hermosos y de los otros, en inglés y
en francés; butacas adornadas con pequeñas manteletas; un piano, un tablero
para jugar solitario y un caleidoscopio; profusión de cartas abiertas,
pantuflas cuidadosamente colocadas en un cesto para papeles desechados.
(The Paris Review, 1953)
En la próxima entrada: no aferrarse a la lógica; Las ideas están por todas partes; ¿Por qué escribo?
Hola,
ResponderEliminarun inicio sugerente para una larga trayectoria. Me ha gustado la sensibilidad con la que describes un acto que por muy público que pueda finalmente ser, és eminentemente íntimo y reconciliador con uno mismo.
Sin duda, nos leeremos en este espacio.
Salud
Xavier
Gracias Xavier, nos leeremos... ;-)
EliminarFernando, gracias por estas primeras recomendaciones para poder iniciarnos en la escritura.
ResponderEliminarComo Fernando nos ha permitido revisarlas voy a comentar alguna cosilla...
-No creo que haya secretos para la creatividad, pero si puede ayudarnos a encontrarla (a veces se esconde...)
-Estoy de acuerdo, los peores críticos somos nosotros mismos.
-La elección de utensilios...pues... es algo que no creo que sea discutible...´Cada escritor tiene los suyos...
-Creo que la NOTA PERSONAL de Fernando es acertadísima. Debemos crear un espacio, pero un espacio de trabajo, no un espacio que te limite la creatividad, un espacio para modelar nuestra creación, para darle forma y seguramente es donde albergaremos grandes momentos de inspiración, pero creo que La creativid puede surgir en cualquier momento y lugar y eso no podemos desperdiciarlo hay que aprovechar ese momento y plasmarlo inmediatamente. Totalemte de acuerdo con el comentario personal de Fernando y es el que realmente me ha interesado mas.
Gracias Pilar, de acuerdo contigo... es más, yo siempre llevo en el bolso una pequeña libreta y un bolígrafo... :-)
EliminarLo de las grabaciones me parece una idea genial, he usado en ocasiones una grabadora para ideas que me venian a la mente mientras voy en el coche o estoy andando por la calle. Luego es muy facil pasarlo al papel, hay que aprovechar al máximo los momentos creativos y que las ideas no se escapen libremente de nuestras mentes.
ResponderEliminarMi enhorabuena por este blog, Fernando!!
Gracias a ti, OpenD, espero que siga siendo de utilidad, es un proyecto a largo plazo... :-)
EliminarGracias, me sirvio de mucha ayuda. igual voy a seguir visitando el blog para releer por si se me olvida algo. Gracias!!
ResponderEliminarExcelente introducción, me parece sugerente y motivante, nos seguiremos leyendo Fernando, Saludos.
ResponderEliminar