miércoles, 12 de septiembre de 2012

Técnicas y temas del oficio – El diario íntimo – Parte 1


El diario íntimo

Tal vez sea el diario íntimo la forma más amplia de la literatura. En él se pueden incluir todos los géneros y sus variantes siempre que se haga empleando la primera persona. El yo que escribe tamiza todo lo que se le antoja a través de su punto de vista personal y lo apunta en su diario como registro íntimo o como registro externo; como fragmento de novela o como novela entera; como poema, relato o libre asociación, cuya columna vertebral la constituyen las indicaciones de año, mes, día, hora y a veces minutos y hasta segundos.
Del mismo modo, los novelistas o los escritores de cuentos han elegido el diario íntimo como forma productiva..

El diario es contradictorio

El diario íntimo se mueve en un territorio contradictorio que es su detonante. Oscila entre lo caótico y lo organizado.

Contradicción entre:

·  Lo caótico:
en un diario se puede apuntar todo lo que al autor se le ocurra subjetivamente.

·  Lo organizado:
en un diario hasta los mínimos fragmentos de tiempo vienen dados desde el mundo objetivo.

¿Por qué decimos que la contradicción ente la más extrema subjetividad y la más extrema objetividad es un motor productivo del diario íntimo?

1         Porque es la escritura menos obligada y, al mismo tiempo nos ofrece un cauce que nos facilita la tarea.
      Aparentemente se escribe cada día (de allí, el nombre de diario) y para uno mismo
      Decimos “aparentemente” pues no siempre se hace cada día y no siempre es para uno mismo aunque de entrada ésa sea la pretensión.
      Nos referimos en especial a quienes sienten placer por la escritura creativa, lo cual indica que más tarde o más pronto lo consignado en el diario será la materia prima de un texto “para lectores”.

2  Porque aunque en e diario íntimo es válido escribir todo, las pautas temporales que lo estructuran son ineludibles (si se las elude deja de ser un diario).
      
      Esas pautas estimulan las ideas.
      Uno puede encontrarse paralizado frente al papel en blanco y las ideas empiezan a fluir al tener que responder las preguntas que diferentes momentos del día constituyen.

O sea:

La propuesta:

quiero escribir

y su consecuencia inmediata:

¿qué escribo?

se facilita si ante la misma consigna: “quiero escribir”, nos encontramos con una serie de pautas:

·        5 de mayo, a las 12

·        5 de mayo, a las 12 y 10

·        5 de mayo, a las 3 de la tarde

Las pautas son: las 12, las 12 y 10 y las 3 de la tarde.
Cada instante puede implicar una variedad de actos realizados que sin dichas pautas no hubiéramos registrado. En este sentido, las marcas temporales, en especial las correspondientes a las horas, minutos o incluso segundos son buenos disparadores de ideas y argumentos.

Por ejemplo:
Retomando las citas anteriores podemos deducir:

      5 de mayo =   primavera
                                 principio de mes
                                 etc.

Luego, podríamos agregar deducciones de tipo personal, según lo que cada uno asocie con esa fecha determinada.

Por ejemplo:

      5 de mayo =   conocí a Teresa
                                 me compré la moto
                                 nos casamos

Con respecto a las horas señaladas, se trabaja de la misma manera. Cada hora indicará un aspecto de tipo general y uno particular.
Por lo tanto, uno de los modos de superar el bloqueo frente al papel en blanco es apuntar diferentes indicadores temporales (fecha, hora, etc.), y comenzar a escribir lo que estos indicadores nos proveen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario