miércoles, 5 de septiembre de 2012

Secretos y recursos de la creatividad – El germen de una idea – Parte 4



La actitud de apertura

Cada individuo tiene una actitud diferente frente al mundo. Cada ser humano posee su propia perspectiva que le induce a una visión particular de la realidad. Lo mismo sucede con la que adopta durante el acto creativo, es decir, en el tiempo que se puede denominar anterior al texto.
Ser conscientes de dicha actitud puede ser beneficioso a la hora de prepararse para escribir. Será otra herramienta de trabajo. Plantearse:

¿Cómo iniciamos nuestro proceso de creación?

Recurrimos a la gama de posibilidades que ha esquematizado el alemán Julius Petersen:

1    La inspiración inmediata, fulminante irrupción de la idea artística en el sujeto, “la expresión inmediata de la vivencia”, “la inspiración mística”.

2   La inspiración febril y dolorosa, o caótica, por la que el artista se siente presa de un proceso nervioso que le produce angustia y excitabilidad.      

3   La concentración consciente intuitiva, o constructiva: un esfuerzo coordinado del artista que funde diversas representaciones (vividas, literarias, plásticas) para crear la obra.    

4   La reflexiva, donde una idea previa atrae a una serie de ideas secundarias aportadas por la observación o el recuerdo, y

5   La crítica productiva, según la cual las obras surgen por reacción (así, por ejemplo, el Quijote frente al Amadís y otros libros de caballerías).        


Nota personal: quizás estés pensando “está bien conocer este tipo de esquemas, como el del alemán Petersen, pero realmente esto… ¿me ayudará a escribir? – yo tengo mi estilo, mi forma de inspirarme y de vivir la escritura, así que desde el punto de vista práctico esto no me vale de mucho”, pero, como otras veces antes, hemos visto y veremos que muchas cosas se pueden mejorar entrenando, y muchas veces ese entrenamiento puede ser tan sencillo como conocer cómo se puede iniciar el proceso de creación, para así no agobiarnos por no recibir el “soplo” de la musa pero tampoco descartar un “arrebato” productivo como algo que no se pueda usar para crear… de manera natural, todos llegaremos a nuestro propio estilo, que será el más productivo y fácil para cada uno, y que a lo mejor será diferente al que ahora creemos que es el nuestro. No olvides esto para no cerrar las puertas al que a lo mejor es en verdad tu estilo. Una vez encontrado sin duda, y sólo entonces, deberemos configurar nuestro entorno de escritura para favorecerlo.


En general, tratándose de la creación literaria se debe señalar que comprende dos etapas principales:

         la intuitiva
         la de configuración.

Por otra parte, no olvidar que trabajamos con la palabra cuyo valor cotidiano recreamos.


La sugerencia:
Observarnos a nosotros mismos y tomar nota de qué fases atravesamos en el proceso de creación. No olvidar que, en cualquier caso, el medio a través del cual desarrollaremos el germen que consigamos es el lenguaje; configuremos nuestra vida en consecuencia.



“No hay espejo que mejor refleje la imagen del hombre que sus palabras”
Juan Luis Vives




Recapitulando…


1 Formarse imágenes tanto de lo conocido como de lo desconocido y jugar con ellas para formar más ideas.

2  Las ideas se mueven, por lo tanto debemos estar alertas.

3 Las ideas son puntas de hilo detrás de las cuales se extienden más metros de hilo.

4   Cuando durante el proceso de escritura las ideas se multiplican y nos desvían, es el momento de detenerse y elegir.

5 Prestar atención y memorizar conduce a imaginar, o sea, a colorear ideas.

6  Elegir bien el lugar donde escribir ha de motivarnos.

7 Responder con lo atípico es una manera de generar la idea.

8  Estar abiertos a nosotros mismos y observar nuestras actitudes frente al acto de crear y así aprovecharlas mejor.

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