sábado, 21 de noviembre de 2015

Técnicas y temas del oficio – La biografía – Parte 1 de 3


La biografía

¿Quién es más relevante en una biografía? ¿El autor o el biografiado? Generalmente, el biografiado. Sin embargo, son cada vez más los escritores que se adentran en la historia ajena. ¿Qué impulsos actúan en ellos? Son tres los fundamentales: un ansia irrefrenable por conocer los vericuetos de otra existencia; una necesidad de proyectarse en alguien al que se admira, se envidia o, incluso, no se comprende del todo; y el deseo de exaltación de una figura destacada.
Cuando el biógrafo ya se ha familiarizado con el personaje, a través de la documentación, su tarea es la de un novelista que reconstruye una vida, con la diferencia de que en lugar de inventar debe atenerse a hechos auténticos con fidelidad.

Qué es una biografía

Biografiar es reconstruir parcial o totalmente una vida ¿Totalmente? Es “totalmente” imposible.
La biografía es una clase de escrito que tiene por objeto historiar vidas específicas. Según Jacques-Louis Douchin, si se admite esta definición, una biografía sería entonces, de alguna manera una “novela verdadera”. Lo cual implica que no puede reducirse a la cronología de los hechos, y la eleva al rango de obra literaria cuyo arte es el de la novela.
Pero, si bien la biografía depende de la imaginación del autor a la hora de escribirla, en mayor medida depende del biografiado.
Por lo tanto, necesita un trabajo previo considerable y riguroso de búsqueda y compilación.


El biógrafo

Tal como dice Jaime Rest, el autor de una narración destinada a exponer el conocimiento sobre la vida de una persona que realmente existió, ha de cumplir unas condiciones determinadas:

Condiciones del biógrafo

1  Debe de tener un sólido dominio de la metodología histórica que le permita reunir la documentación y evaluarla sin perder de vista las circunstancias en las que transcurrió la vida que es objeto de su indagación.
2  Si se trata de un personaje que se distinguió en una actividad especializada, su biógrafo debe poseer además un razonable conocimiento del campo en que destacó la figura que es objeto de estudio. (Por ejemplo, la situación de la poesía europea en el siglo XIII, en el caso de Dante.)
3   Debe poseer una sagacidad y una penetración psicológicas que le faciliten la comprensión de las acciones personales del individuo estudiado.
4   Debe tener la adecuada destreza artística para organizar la exposición de manera clara, persuasiva y amena.


Decisiones previas

El autor que desea escribir una biografía puede ser un biógrafo ocasional o convertirse en un biógrafo especializado.

  • En el primer caso se elige un personaje, se destacan los aspectos de él que más nos interesan y se profundiza en ellos.

  • En el segundo, habrá que dominar áreas tales como: la Historia, la literatura política, la ciencia, las guerras, los cotilleos de todo tipo, los asuntos judiciales, etcétera; es decir, todo lo que contribuya a aportar datos de la figura biografiada de turno.

  • Tanto en el primero como en el segundo caso, se debe elegir el personaje adecuado, ya sea por simpatía o por admiración.

  • Luego hay que decidir si la biografía comprenderá toda su vida o sólo una parte. Y en cualquier caso, en qué período o aspectos de la vida del personaje centrará preferentemente su atención el biógrafo

  • También se debe elegir entre los dos tipos básicos de biografía




Tipos de biografías

En principio, se pueden distinguir dos tipos básicos de biografías:



1  La biografía documental

La biografía documental intenta reconstruir lo más fielmente posible la vida del personaje. Aunque se lo mire por donde se lo mire, ésta es una tarea imposible dado que toda vida guarda algún secreto. Por otra parte, por más documentación que recojamos, siempre será parcial.
Otro problema de la biografía documental es que carece de la fuerza, de la pasión del narrador más parcial y acaba aburriendo al lector, salvo que éste busque únicamente una lectura compuesta básicamente por datos.



2  La biografía novelada

La biografía novelada debe ser fidedigna. Debe respetar los datos verídicos, desde cualquier punto de vista que se cuente. Pero el autor que reconstruye una vida según su visión personal, interpreta los hechos y debe comunicar su interpretación al lector. Ya sabemos que para el mismo hecho, hay diversas interpretaciones y cada biógrafo debe aclarar la suya.
Por ejemplo, el citado Douchin dice que André Maurois, en Lélia o la vida de George Sand, ve en la “frigidez” de su heroína el porqué de su vida amorosa. Desde su punto de vista, George habría buscado desesperadamente durante toda su existencia el amante capaz de satisfacerla.
Sin embargo Douchin no comparte esta concepción y explica, en George Sand el amoroso, que este comportamiento procede de una búsqueda largamente compartida en su generación, del amante ideal, mitad del Andrógino primitivo, concepción específicamente romántica que no tiene nada que ver con la pretendida frigidez.

Lo mejor que pueden decir los lectores de una biografía documental es “que se lee tan placenteramente como una novela”.


Recortar

Escribir una biografía es hacer un recorte, una elección. La biografía, al ser vida escrita, no traslada al papel la huella exacta del paso de alguien por el mundo, sino un recorte y una interpretación. El recorte depende de la interpretación.
Pero esta idea de recorte es productiva a la hora de escribir. Se recorta un momento, un período, una serie de episodios, una faz del episodio, y el resto queda en la sombra. A veces, se le hace hacer o decir al personaje más de lo que dijo o hizo. Como siempre, todo depende del punto de vista del narrador



La biografía es un texto tan ficticio 
como cualquier otro
 
 






Ello es así aunque el punto de partida sea una persona o unos datos verídicos. De hecho, nos encontramos en muchos casos con biografías de la misma persona, hechas por diferentes autores, que se contradicen o se parecen apenas en mínimos aspectos. Es lo que ocurre, por ejemplo, con las numerosas biografías que circulan sobre François Mitterrand.


Conclusión:

En una biografía, cada autor da 
su versión personal y recorta 
aquello que prefiere, 
intencionadamente o no.
 
 










domingo, 15 de noviembre de 2015

Secretos y recursos de la creatividad – Cómo se inicia una narración – TALLER DE TEXTOS


TALLER DE TEXTOS

Iniciar un relato es elegir un comienzo. Con las propuestas siguientes realizaremos una práctica que podremos emplear no sólo como inicio sino como continuación de un texto.


Propuesta 1: Combinar

Combinar los dos principios de novela siguientes y formar un nuevo principio para un futuro relato o novela:

1De lo que voy a contar yo fui testigo: de la traición de la enana, del asesinato de Segundo, de la llegada de la Estrella. Sucedió todo en una época remota de mi infancia que ahora ya no se si rememoro o invento: porque por entonces para mí aun no se había despegado el cielo de la tierra y todo era posible.

Rosa Montero, Bella y oscura

2  “Una gorra de cazador verde apretaba la cima de una cabeza que era como un globo carnoso. Las orejeras verdes, llenas de unas grandes orejas y pelo sin cortar y de las finas cerdas que brotaban de las mismas orejas, sobresalían a ambos lados como señales de giro que indicasen dos direcciones a la vez.”

John Kennedy Toole, La conjura de los necios

Propuesta 2:  Robar

De una narración que no se haya leído, tomar prestado el principio y escribir un relato a partir de él.

Propuesta 3:  Comparar

Iniciar de maneras diferentes un mismo relato:

  • Iniciar el relato con una acción.
  • Iniciar el relato con una descripción.
  • Iniciar el relato con un diálogo.

Propuesta 4:  Continuar

Proseguir los comienzos de la propuesta anterior de la siguiente manera:
1.       El que comienza con la acción continuarlo con quietud.
2.      EL que comienza con descripción continuarlo con acción.
3.      El que comienza con diálogo continuarlo con monólogo.



sábado, 14 de noviembre de 2015

Secretos y recursos de la creatividad – Cómo se inicia una narración – 3 de 3

Por donde comenzar

Este es el tercer punto básico del capítulo: decidir cuál es, dentro del material ya escrito, el mejor principio para nuestro texto.
La operación a realizar es la siguiente: Probamos cuál de los párrafos que lo componen es verdaderamente el principio. Incluso, en una novela se puede hacer la prueba en cada capítulo.
Nosotros lo practicaremos con un breve cuento, El pozo, de Luis Mateo Díez, para poder comparar las variantes:

“Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años. Fue una de esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia numerosa. Veinte años después, mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel pozo al que nadie jamás había vuelto a asomarse. En el caldero descubrió una pequeña botella con un papel en el interior. Este es un mundo como otro cualquiera, decía el mensaje.”

Probamos las posibles variaciones en el texto de la siguiente manera:

1        El final como principio:
Este es un mundo como otro cualquiera, decía el mensaje.
Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años. Fue una (…)

2      Otro principio podría ser:
Veinte años después, mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel pozo al que nadie jamás había vuelto a asomarse.


La sugerencia:
Si es necesario, en cualquier clase de texto se puede quitar algún párrafo o agregar uno nuevo para que el principio elegido tenga la eficacia deseada.





El orden

Dice Garzo que contar es volver a vivir pero poniéndose a salvo del desorden propio de la vida.
Siguiendo su razonamiento:

Contar es establecer un orden

En este sentido, para que el orden del relato resulte productivo debemos prever todas sus partes, desde el principio hasta el final, tanto en textos de ficción como en los informativos o ensayísticos.

Los pasos a seguir son:

  • Escribir la idea espontáneamente, sin orden alguno

  • Decidir el orden de su redacción.
Tomando como ejemplo la pequeña historia citada por Garzo en El país, enlacemos el concepto de orden con las tres cuestiones básicas tratadas en el presente capítulo:

1  De dónde nace el relato:
     De un hecho real.

2  De qué manera comenzarlo:
     Veamos dos opciones:
·         Con una descripción.

     Ejemplo:
“La niebla y un error inexplicable permitieron que la camioneta de un agricultor invadiera la pista justo en el momento en que aterrizaba un bombardero.”

  • Con una acción.

     Ejemplo:
“Un agricultor y su vaca chocaron clamorosamente con un bombardero, al pasar por el aeropuerto militar. No hubo víctimas humanas, pero la camioneta quedó destrozada y la vaca murió.”

3  Por dónde comenzar:
Una vez escrito lo ocurrido, finalmente decidimos si comenzamos el relato hablando de la vaca, del choque o del agricultor; si dialoga el agricultor con un soldado…


La sugerencia:
Elegir inicios posibles para las anécdotas más intrascendentes que escuchamos a diario y emplearlos como iniciode un relato diferente a esa anécdota desencadenante.



 “Querido amigo:

 ¿Usted no ve cómo todo lo que sucede siempre    es un comienzo?
 ¡Y comenzar, en sí, es siempre tan hermoso!
 Deje que la vida acontezca.
 Créame, la vida tiene razón en todos los casos”

Rainer Maria Rilke





Recapitulando…
  
1 No descartar ninguna motivación para comenzar un relato.

2 Un relato puede surgir de una impresión, de imágenes evocadas, de un deseo, de los cinco sentidos…

3 Relacionar lo vivido con o imaginario.

4 Dedicar tiempo a escribir principios de relatos y elegir el que exprese mejor lo que se quiere decir, el que cause el efecto deseado.

5 Comparar diferentes inicios de novelas o cuentos para descubrir la diversidad de efectos que producen

6 Una vez escrito un relato, comprobar si el principio es el más apropiado.